Japón es un país tan extraordinario, y lo tengo tan reciente, que no sé muy bien como enfocarlo en el blog.
Es decir, ya sabéis que yo soy entusiasta de por sí, que todo me gusta y me emociona, y que disfruto mucho de todas las cosas. Y si hay algo que no me gusta, pues tampoco lo cuento, porque lo olvido enseguida. Y como en Japón me encantó todo, menos el calor, pues es que haría mil posts, pero no quiero aburrir, ni cansar, ni ser monotemática, así que iré alternando posts de este país con otros de otras cosas que vaya viendo o conociendo, ¿vale?
Este post va dedicado a una preciosa isla llamada MIYAJIMA
Se llega cogiendo un ferry desde la cercana ciudad de Hiroshima. Es un poco la excursión
que hace toda la gente que va desde Osaka o Kyoto, pasan un par de noches en Hiroshima, visitando la ciudad, y cogen un ferry para pasar el día en esta preciosa joyita.
Nosotros
decidimos hacer lo contrario, es decir, visitar Hiroshima durante el
día y llegar a la Isla a media tarde, cuando los turistas estaban
volviendo ya.
Fue una idea muy, muy acertada.
Cuando la marea está baja impresiona, por su tamaño y por estar en medio de la arena, pero cuando la marea está alta, es una maravilla, y ya no os digo nada por la noche, que ya se ha ido todo el mundo, cuando sales a dar un paseo por este remanso de paz, en silencio, y te lo encuentras, ahí, todo majestuoso. Es mágico.
Los toris rojos en Japón, son puertas de entrada a lo sagrado. Este en concreto, da entrada a la isla, que es sagrada en sí.
Otra de las cosas que te impresionan, sobre todo si es tu primera parada en el país, son los ciervos que campan a sus anchas por toda la Isla, y que se acercan tranquilamente a comer de tu mano. Me acordé mucho de lo que hubiera alucinado mi sobrino al verlos. Son preciosos, y súper tranquilos.
Además se puede hacer senderismo por varias rutas, hay unos paseos realmente preciosos, y si no hace calor podéis subir al punto más alto que es el Monte Misen, con monos salvajes, un teleférico y unas vistas espectaculares.
Por supuesto, también es buena idea visitar el Templo Daisho-in y la gran Pagoda de 5 pisos, el monasterio Itsukushima-jinja, dar un paseo por sus calles típicas, visitar las tiendecitas de los artesanos, ir a la playa que está justo en el lado opuesto de la isla, comer ostras en su mini tabernas típicas, y sobre todo disfrutar de la paz y la tranquilidad.
Os pido disculpas por la calidad de algunas foto, el calor y la humedad eran tales, que ¡¡se me empañaba la cámara!!!
EXPERIENCIA RYOKAN
"Allá donde fueres haz lo que vieres" es uno de mis lemas cuando viajo. Y qué mejor oportunidad que dormir en una auténtica casa japonesa, con su tatami y futón, con sus zapatos en la puerta, su kimono, su "Onsen" o baño público... Y por supuesto la comida, ¡adoro su comida!
Hay varios lugares para vivir esta experiencia de verdad, sin turisteo, tan de verdad que como no hablan inglés, es bastante complicadito hacerse entender.
Nosotros elegimos el Hotel Ryokan Jukeiso
Según llegas tienes una "doncella" japonesa que te explica como funciona todo en la habitación, los horarios etc... Es súper servicial, pero la pobre sabía tres palabras de inglés, así que tuvimos que echar manos de las señas de nuevo.
La habitación preciosa, con vistas espectaculares y lo del futón he de decir que me encantó.
Probamos el Onsen, por supuesto, y es una gozada, pero lo veo más para otoño o invierno, con 36 grados al anochecer, un baño caliente y vaporoso, te baja la tensión al mínimo. El Onsen es un baño público, donde primero tu te duchas, con tu jabón, tu champú etc... Y luego entras en una bañera gigante de azulejos, tipo spa, pero todo el mundo desnudo. Por supuesto chicos y chicas separados.
Los hay de interior o al aire libre, según la época del año. Es una experiencia muy recomendable, siempre y cuando el calor fuera no sea insoportable.
La cena, fue un capricho, teníamos unas ganas tremendas de esta cena, privada, en un "comedor" de los suyos, sin tener ni idea de lo que comes porque no les entiendes...
Yo le doy un 10 sin ninguna duda, y se la recomiendo a todo el mundo. Fue todo delicioso, la mejor cena japonesa que he probado en mi vida. Fue la primera del viaje, era la especial, la "capricho" y la repetiría una y mil veces.
No os puedo poner los nombres de los platos, porque no los entendí, bueno, y realmente me daba un poco igual, casi prefería no saber, e interpretar por el sabor, las texturas. Qué delicia, es que acordándome y viendo las fotos, volvería allí ¡de inmediato!
El desayuno, según lo que se atreva cada uno, nosotros pedimos los dos modelos, el japonés y el occidental por si acaso, y diré que estuvo muy bien combinarlos, porque prefiero empezar el día con fruta, que con sopa miso o ¡¡algas!! La señora que servía el desayuno tampoco hablaba inglés y bueno, las risas que te echas cuando le pides una cosa y te trae algo que no tienes ni idea ni de que es, y la pobre se esfuerza un montón y te lo repite una y otra vez en japonés.... En fin, son tan encantadores y serviciales, que hacen cualquier estancia súper agradable.
Desde luego la visita a esta Isla fue ese punto diferente de nuestro viaje, fue una sorpresa que le quise dar a mi chico, porque me lo habían recomendado un par de blogeros viajeros. Acertaron, no tenía ninguna duda, pero es un sitio al que seguramente no hubiera ido, por estar un poco a desmano, por salirme un poco de los circuitos típicos y tal. Me alegro de haberlo hecho, el viaje no hubiera sido lo mismo, un 10 a Miyajima y a toda la experiencia.
Espero que os haya gustado, y os la apuntéis por si vais alguna vez a Japón, cualquier duda ya sabéis, me podéis preguntar en un comentario o con un mail a viajandochic@gmail.com
Un besito y ¡¡Hasta Pronto!!
