miércoles, 12 de febrero de 2014

ASILAH, una joya atlántica

Hablar del quinto temporal horroroso que azota la cornisa cantábrica, es ya el pan nuestro de cada día. Un gran amigo de Madrid, me dice siempre que no entiende cuánto nos afectan los cambios del clima por aquí arriba. Y yo le digo que si él estuviera un día a 2 grados, al siguiente a 20, con ciclogénesis explosiva y lluvia constante ¡¡también le afectaría!! 
Lo que no sé es como no nos hemos vuelto todos locos ya...

Así que vamos a seguir con lo nuestro y recordar viajes ya hechos, y por supuesto, soñar con los que están por venir.


Hoy, en medio de esta borrasca, me han venido a la mente unos días maravillosos que pasé, en uno de mis viajes a Marruecos, en una pequeña joyita de ese país que se llama Asilah.
Me he acordado sobre todo por el sol, por la luz del lugar, por las gaviotas, las casitas blancas y azules, la música en las calles, la paz y el olor a especias y a mar.






ASILAH, (Arzila o Assilah, según en qué idioma se diga)


Está en el norte atlántico de Marruecos, a unos 50 kilómetros de Tánger. Y tras cruzar el estrecho, es un buen punto para empezar un viaje por el país vecino.
Es una pequeña ciudad costera, conquistada y reconquistada muchas veces, (si queréis saber un poco más de su historia, aquí). De esa época viene su parte antigua, amurallada. 

Lo que más me gustó....

La Medina
Creo que es la más bonita, limpia y ordenada de todas las que he visitado. Normalmente son ruidosas, desordenadas, llenas gente, animales y gritos de vendedores. Esta es una delicia, sin nada de agobio,  paseas tranquila y relajada, parándote en los rincones y disfrutando de lo que vas viendo. Es muy diferente a las que te sueles encontrar en Marruecos, por lo que al principio te da la sensación de que puede ser porque está un poco "europeizada". Pero por lo que me cuentan, era ya así de especial hace más de 30 años.





La arquitectura
Las casas, en su mayoría blancas y azules, son preciosas. Las callejuelas blancas con los zócalos azules. O verdes, casi todo es en esas tonalidades. Me recuerda bastante a algún pueblecito blanco andaluz, y también al norte de Túnez. No sabéis la paz que da, y como se refleja la luz en ellas.






Los murales con su colorido por todas partes. Estos murales son ya parte de la ciudad y se renuevan todos los veranos en el Festival cultural de Asilah. Es que a mí, ese estallido de color, es algo que me priva.








Las murallas y el Torreón
Es un tópico e igual un poco cursi, pero un paseo por las murallas, durante la puesta de sol, terminando con la vista desde el Torreón, es una gozada. Por cierto, ¡¡cuidadito con las gaviotas!!


  Su color y su luz






Las playas
Son de arena dorada y fina y hay varias en los alrededores. Con contrastes muy curiosos, en las que se mezclan los lugareños, (muchas de cuyas mujeres y niñas, siguien yendo a la playa completamente tapadas), con los extranjeros afincados allí, o los simples turistas. Las más conocidas y frecuentadas yo creo que son "Las Palomas" y la de " Sidi Mugaits"







También la Plaza Al Qambra, los Festivales, las tiendas de artesanía y ropa original, el Palacio de Errissouni, el paseo marítimo...

En cuanto a precios, también os tengo que decir que me resultó más caro que la mayor parte del país, pero aún así, todo muy razonable.

Donde dormir
Hay muchos extranjeros que hace años se enamoraron de este lugar, y terminaron quedándose. Unos cuantos de ellos son artistas, pintores, escritores, hay mucha vida bohemia por aquí.
Y otros viven de alquilar habitaciones de sus casitas a los turistas. 
Nada más entrar por una de las puertas de la ciudad antigua, se te acercan varias personas y se ofrecen a alquilarte una habitación o apartamento. No hay peligro ninguno, muchas veces te enseñan fotos y precios, o tú vas con ellos lo ves, negocias el precio y listo. 
Es una muy buena opción, y para mí, nada más auténtico que eso. Eso sí,  siempre y cuando no sea en pleno verano, ya que suele estar todo alquilado.

Además por supuesto para quién no le guste dejar las cosas sin atar, hay hoteles para todos los gustos que se pueden reservar en la agencia o en el típico buscador de internet.

Unos ejemplos de bueno, bonito barato:
Dar Manara y Hotel Al Alba  o el Hotel Patio de la Luna








Donde comer
La comida marroquí es una de mis preferidas. Aquí además, abunda el pescado, normalmente de muy buena calidad. Sí que también hay que tener un poco más de cuidado con el tema turisteo, para que no te peguen el sablazo. Por lo que si no os importa gastar más, los restaurantes del puerto, son una buena opción.

Para comer más económico, y creo que más auténtico, os recomiendo salir de la ciudad amurallada, e ir a la "ciudad nueva". Allí, en cualquier restaurante de la gran Avenida Mohamed el Hassani, los que están pegados a la muralla, podéis encontrar comida súper rica y súper barata. No me acuerdo de los nombres, ¡lo siento!, pero cualquiera por esa zona, que no tenga relaciones públicas en la puerta, vale.



Y por supuesto, terminar con un riquísimo té moruno y algún dulce. Muy típico, pero es que a mí me gusta mucho.



Espero que os haya gustado, y que tengáis la oportunidad de conocer esta joya atlántica en algún momento.

Un besito y ¡¡Hasta Pronto!!
 

Este post va por mi querida amiga Abbie. ¡¡Gracias!!

jueves, 23 de enero de 2014

Un paseo por Trujillo

Hola a tod@s y aunque un poco tarde por mi parte, ¡¡feliz vuelta a la normalidad!!

En estas fechas todo el mundo habla de propósitos de año nuevo, de empezar con la operación bikini, con el gimnasio, dejar de fumar etc... Bueno, pues yo sigo a lo mío, intentando animaros a viajar y a conocer los rincones maravillosos que tiene el país en el que vivimos. Aunque a casi tod@s nos gustaría, no hace falta irse tan lejos para encontrar paraísos.

Esta vez, viajamos a Extremadura, a la preciosa localidad de Trujillo, en la provincia de Cáceres.
Una cosa que me llama mucho la atención es lo poco que se promocionan sitios tan increíbles como Cáceres, por ejemplo, con una riqueza histórica y artística impresionantes. La capital es una verdadera joya, ya os hablaré de ella en otro post, pero lo mismo pienso de Trujillo, una auténtica sorpresa.

Lo mejor para visitar Trujillo, es dejar el coche aparcado fuera de la parte antigua o histórica, y pasear por todo el centro. Hay mucho más para ver de lo que parece, así que mejor ir sin prisas, y ya de paso comer allí. Es una época perfecta, con días soleados pero fríos, y ese olor a leña y a pueblo que tanto me gusta.
Os dejo esta página web del pueblo, donde explican la historia y todos los momumentos que hay por si queréis hacer una visita en profundidad. Es una pasada la cantidad de iglesias, palacetes, casas señoriales etc... que hay. Yo estuve sólo unas horas, así que os hablo de lo que a mí más me gustó.

Lo que no os podéis perder
Lo primero, ya sabéis, perderos por las calles empedradas, y simplemente callejear, subir, bajar, cotillear, admirar las vistas, recorrer el centro histórico.


La Plaza Mayor
Es preciosa, muy abierta, de estilo renacentista, con columnas, y con sus palacetes y casas señoriales, una auténtica joya. La estatua de Francisco Pizarro presidiendo la plaza, y llena de restaurantes, pero manteniendo la arquitectura original. Aquí también está la oficina de turismo.




La Iglesia de San Martín Es la que aparece justo en la foto de arriba, en un extremo de la Plaza, del S.XVI, con dos torres, y pegada a otro de los monumentos más conocidos que es el Palacio de los Duque de San Carlos. También del S.XVI, tiene una fachada preciosa, y el interior también lo es, con el claustro, la escalera volada...




Otros palacios como el de los Marqueses de la Conquista, o el de Orellana-Pizarro



Las puertas de las murallas, la Puerta del Triunfo, la Puerta de Santiago, la de San Andrés



Y como anécdota, (que tuvo mucha polémica en su día), una curiosidad en otra de las Iglesias más bellas, Santa María la Mayor. Resulta que fue restaurada por un cantero, (Antonio Serván), que talló en uno de los capiteles el escudo del Athletic de Bilbao, que era su equipo favorito. Qué os voy a decir yo, ¡qué también es el mío!




Para comer...

Casa La Troya
Si vais con hambre es el mejor sitio desde luego, las raciones son enormes y muy ricas, y además tienen un menú de fin de semana con muy buena relación calidad precio. Eso sí, si sois de poco comer nada de menú, con una racioncita tenéis de sobra.


Para picar algo, cualquiera de los restaurantes o mesones de la Plaza Mayor, o los que están subiendo las escaleritas, junto a La Troya, también están fenomenal.


Para dormir...

El Parador de Trujillo
Sobre el Convento de Santa Clara, del siglo XVI, es una maravilla, y bastante mejor de precio de lo que cabría esperar, (85€ la habitación doble aprox.)



NH Palacio de Santa Marta
De características, prestaciones y precio muy similar al Parador,  tenemos este hotel, que no parece para nada, (salvo en la comodidad), pertenecer a la típica cadena hotelera.



Hotel El Mirador de Las Monjas
Más económico, aunque igual de bonito, confortable  y con unas vistas espectaculares está este pequeño hostal, también dentro del centro histórico. Una paz extraordinaria. Me encantó el patio que tienen, que incluso en pleno invierno, si pega el sol, es súper agradable.




Y ya de paso, aunque ahora estemos todos a régimen, os podéis llevar un lote de productos de la tierra, con unos quesos y embutidos buenísimos, y el famoso pimentón de la Vera.

Espero que os haya gustado, y aunque un poco tarde, os deseo que hayáis empezado el año súper bien, y si no, tranquilidad, que tenemos todavía un montón de días para mejorarlo.

Un besito y ¡¡Hasta Pronto!!